Grupos de niñas y niños de Godella han compartido sus sueños y pesadillas. Carlos Ortin los ha ilustrado. Roger Omar los ha publicado en un acordeón desplegable (el número 36 de una serie de 45 acordeones publicados hasta la fecha).

Una misión muy importante

Texto de Roger Omar

Soñar es un acto muy importante, o un acto muy inútil. No lo sabemos. Hay quien disfruta contando lo que ha soñado y quien afirma no haber soñado nunca en su vida. Los sueños se olvidan, se esfuman, están destinados a desaparecer. A menos que tengas una libreta en tu mesita de noche y los registres, ya sea con un apresurado boceto o con una detallada descripción. 

¿Quién presta atención a los sueños? ¿Sirven los sueños para iniciar una conversación? ¿Continuarán siendo materia reservada de psicoanalistas? ¿Podrán incorporarse a tomos literarios y exposiciones? ¿Quizá se reconozca su vibrante calidad artística?

Más allá de sus implicaciones en el terreno de la psique y de su afanado carácter interpretativo, los sueños propios y ajenos son un brillante punto de partida para la creación y una manzana jugosa para ilustradores y artistas.

En Marzo del 2016, como hago al menos una vez al año, acudí a un colegio a recopilar sueños. Esta importante misión antroponírica es una actividad que realizo desde el invierno del año 2002, y ha dado lugar a una extensa colección de sueños de niñas y niños de ciudades de Brasil, México, Francia, España, Alemania, Israel y Cuba. Esta colección, destinada a ser ilustrada, se llama «elmonstruodecoloresnotieneboca».

En esta ocasión acudí a Godella. Allí, niñas y niños de tres grupos de cuarto de primaria del colegio Sagrado Corazón, me compartieron sus sueños recientes, escribiéndolos en folios que atesoré, leí y transcribí. 

A partir de una selección de seis sueños invité a Carlos Ortin a desarrollar una ilustración de un metro de largo, para publicar en formato acordeón.

En el proceso de edición respeté la escritura original de las niñas y niños, es decir, no quité ni añadí.

«Soñé que los que jugamos al fútbol nos habíamos hecho un equipo y nos estaban manejando porque éramos un futbolín, y siempre jugábamos con los mismos porque nunca nos movíamos».

(Anónimo)

«Soñé que mis amigos y yo éramos un grupo y encontrábamos una puerta, entramos y dentro había portales y nos metimos en uno. Había que encontrar y rescatar a un escarabajo gigante que se había puesto boca arriba. Era una misión muy importante».

(Carlos, 10 años)

«Un día soñé que me adentraba en el país del bullying y era todo muy terrorífico. Había hombres maltratando a niños y a mujeres. Pero pasó todo muy rápido y me desperté para ir al cole».

(Ismael, 9 años)

«Hace unas semanas soñé que un señor pobre, por la ansiedad de conseguir dinero, nos perseguía e intentaba robarnos. Justamente en el momento en que nos intentaba robar, mi padre no podía defendernos porque estaba ocupado por problemas de trabajo».

(Adriana, 10 años)

«Estaba en la cama cuando vino una bruja y me cortó el cuello, entró una jirafa y se fue a la cocina y se comió una lata de aceitunas y me cortó las piernas, y vinieron unos enanos y me remataron».

(Diego, 9 años)

«Alitas de pollo gigante». Seis auténticos sueños escritos por niñas y niños de Godella, Valencia, España / Marzo 2016. Recogidos por Roger Omar. Ilustrados por Carlos Ortin.

Gracias a todos los soñadores del colegio Sagrado Corazón, en Godella.